Propiedad privada de la información: reflexiones sobre software libre y el conocimiento. [Parte 1]
“Una cultura libre es aquella donde no hay crímenes de propiedad intelectual, porque robar arte es tan tonto como robar el aire que respiramos” (http://wiki.freeculture.org)
Introducción
Vivimos en la “Era de la información”, y esto no es un misterio para nadie. El desarrollo tecnológico prácticamente ha eliminado las limitaciones de la distancia y el tiempo a la hora de comunicarnos. Podemos enterarnos en tiempo real lo que sucede al otro lado del mundo y el desarrollo de internet nos ha permitido el acceso a una cantidad enorme de información. Si antes al tener una duda sobre el significado de una palabra uno tenía que revisar el viejo diccionario y buscar el vocablo en un mar enorme de letras, ahora simplemente con el teléfono móvil, escribimos la palabra en el buscador y ya está. Y es que en internet tenemos un fácil acceso a una innumerable cantidad de videos, imágenes, artículos y música; material ilimitado de conocimiento, información y entretención.
Pero no es solo el acceso a la información lo que nos ha permitido la tecnología, sino también su distribución y producción. Constantemente nos encontramos compartiendo fotos, videos, comentarios y opiniones en las redes sociales. Por lo que actualmente gozamos de la libertad de acceder, compartir y crear información como se nos plazca. Pero ¿es esto realmente cierto?
Hay quienes lo ponen en duda, movimientos como el del Software Libre, el hacktivismo y la Cultura Libre, se han encargado de cuestionar y reflexionar sobre el acceso, la distribución y modificación de la información. Pasaré a exponer parte de su pensamiento.
Software Libre y crítica informática
El software libre “es el software que respeta la libertad de los usuarios y la comunidad. A grandes rasgos, significa que los usuarios tienen la libertad de ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar y mejorar el software” (www.gnu.org). El movimiento nace a partir de una anécdota que le sucedió a Richard Stallman, fundador de la Free Software Foundation, cuando trabajaba en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT. En aquel lugar tenían una impresora que constantemente se atascaba con el papel y provocaba una pérdida de tiempo para los trabajadores del sitio. A Stallman se le ocurrió la idea, para solucionar el problema, de implementar un mecanismo donde la impresora avisara a los miembros del lugar cada vez ocurriese tal situación. Para ello Stallman necesitaba el código fuente de los drivers del dispositivo, por lo que se los pidió a la compañía que había diseñado la impresora. Pero éstos le negaron el código fuente, pues eran de la propiedad de la empresa. Por lo que Stallman junto con otros colegas se les ocurrió la idea de implementar un concepto distinto de software, uno que no permitiera el estancamiento del desarrollo de éste solo por proteger los intereses de compañías privadas. Así nace el software libre.
Pero los planteamientos del software libre no se quedan ahí, sino que se le han ido añadiendo elementos políticos a la discusión, postulando que el software privativo es además un mecanismo de dominación que coarta las libertades de los usuarios. En el plano más cotidiano, las aplicaciones privadas condicionan y limitan el actuar de las personas. Un ejemplo es Microsoft Office que tiene un formato específico, con su propio diseño de trabajo y sus tipografías de letras patentadas, y que la mayoría de centros educacionales como entidades laborales suelen usar, obligando a sus miembros a adquirir dicha herramienta para poder realizar las tareas de escritura. Por otro lado, están las aplicaciones móviles, que muchas veces son “gratuitas” pero que recolectan nuestros datos para venderlos a otras compañías, o la clásica publicidad colada en ellas y que estamos obligados a ver. Otro ejemplo se puede ver en las aplicaciones de mensajería móvil, que aprovechan las normas sociales de cortesía como el “visto” que aparece cada vez que se lee algún mensaje, condicionándote al responder a usar dicha aplicación (Harris, 2016).
Estos ejemplos podrían parecer insignificantes para el lector. Pero la cuestión se complejiza cuando dichos softwares funcionan como malware, recolectando datos y espiando a los usuarios sin que ellos sepan, invadiendo su privacidad (Stallman, s.f). Lo peor es que no sabemos hacia dónde va a parar dicha información. El tema se vuelve más complejo cuando además nos damos cuenta que gran parte de las organizaciones públicas y el Estado usan dichas aplicaciones privativas, dándoles acceso ilimitado a la información de los ciudadanos. Además de que se tiene que invertir una cantidad enorme de dinero de los contribuyentes en la compra de dichos softwares. Porque el Estado , a diferencia de un usuario común que puede piratear el Microsof Office, tiene que adquirir legalmente la aplicación.
Es por esto que el Software Libre ha fomentado como alternativa una concepción de software distinta, a partir de sus cuatro libertades:
- La libertad de usar el programa, con cualquier propósito.
- La libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a las propias necesidades.
- La libertad de distribuir copias del programa, con lo cual se puede ayudar a otros usuarios.
- La libertad de mejorar el programa y hacer pública esas mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie.
Con la que intentan darle todo el poder al usuario, para que gestione, vigile, aprenda, y controle las herramientas informáticas. Lo que genera una serie de ventajas (que analizaré más adelante), a la vez que también ayuda a fomentar un modelo distinto de sociedad, una basada en la cooperación.
El Software Libre ha influenciado a otros movimientos como el de la Cultura Libre, que se anteponen a la idea de propiedad intelectual y promueven la libertad de compartir y modificar los trabajos creativos de las personas o grupos, al mismo tiempo que consideran la cultura como una cuestión de dominio público. También el Hacktivismo se ha desarrollado dentro del marco de estas líneas de pensamiento. Conocido es el trabajo de Wikileaks que se encarga de liberar informes y documentos secretos cuyo contenido es de interés público. O el caso de Aarón Swartz que descargó los documentos de la corte de Estados Unidos, de los cuales se cobraba por su acceso, para liberarlos a la comunidad, lo que le significo un antecedente para la siguiente vez que lo encontraron descargando publicaciones académicas de la base de datos de la Universidad de Harvard. Por lo que fue sentenciado a 50 años en prisión. Aunque no se sabe a ciencia cierta si su intención era liberar los documentos para el público, Aaron Swartz termino suicidándose un 11 de enero del 2013.
Ahora bien, lo que me interesa reflexionar de lo expuesto anteriormente es la concepción de cultura o conocimiento que se tiene a la base en las propuestas mencionadas; una idea de que éstas son de carácter social, y que por tanto deben estar abiertas a todo público.
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Referencias Parte 1.
- El Sistema Operativo GNU. (s.f) ¿Qué es el software libre?. Obtenido de https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html
- Free Culture Wiki (s.f). What does a free culture look like?. Obtenido de http://wiki.freeculture.org/Archive:What_does_a_free_culture_0look_like%3F
- Harris, T. (6 de 1 de 2016). How Technology Hijacks People’s Minds — From a Magician and Google’s Design Ethicist. OBSERVER. Obtenido de https://observer.com/2016/06/how-technology-hijacks-peoples-minds%E2%80%8A-%E2%80%8Afrom-a-magician-and-googles-design-ethicist/
- Stallman, R. (s.f). El software libre es ahora aún más importante. Obtenido de https://www.gnu.org/philosophy/free-software-even-more-important.html