¿Agua para todos en la luna?
La luna tiene agua en su interior y en todas sus latitudes.
Este ha sido uno de los descubrimientos más interesantes con los que nos hemos encontrado en relación con nuestro satélite natural en el último tiempo. Definitivamente no se trata de ningún hecho menor, pues se creyó siempre que la luna sólo contenía agua en sus polos, lo cual dificulta el acceso a esta y por tanto también dificulta la posibilidad de poder abastecer a una futura base lunar. Pero los últimos datos obtenidos por la sonda india Chandrayaan-1, arrojan la presencia indiscutible de H2O o OH (agua o grupo hidroxilo). Sin duda un gran hallazgo, ya que esto no sólo nos permitirá contar con agua para una futura base lunar, sino que además nos otorga la posibilidad de poder obtener Oxígeno e Hidrógeno para respirar y ser utilizado como combustible, respectivamente.
Imagen: Milliken lab/Brown University
¿Esto nos permitiría crear, en el corto plazo, una base lunar?
Por cierto que nos allana el camino, pues si ya podemos contar con elementos escenciales para nuestra subsistencia como lo son el agua y el oxígeno, y por supuesto el combustible (el cual en el espacio serà un elemento básico e imprescindible), podríamos visualizar la creación de una base lunar mucho antes de lo que teníamos pensado. No olvidemos que ya contamos con la tecnología necesaria para desarrollar medios de transporte capaces de llegar a esta y con materiales que permitirían construir una base lunar.
Pero, nos beneficiaría como humanidad una base lunar?
Es aquí donde comienzan las primeras discrepancias, pues es un hecho conocido el que de la luna podemos tanto como obtener recursos minerales, construir un centro de investigación científica, o establecer un puerto espacial para futuros viajes espaciales. Una infinita gama de posibilidades de desarrollo que pudiese representar un gran beneficio hacia la humanidad, y si bien lo puede ser, la problemática radica en quién y con qué objetivo desarrollaría estas.
Hoy en día ya existe un número no menor de empresas que están trabajando o visualizando el espacio como un posible mercado necesario a explorar y explotar.
Viajes espaciales, investigación y desarrollo, extracción de recursos naturales, desarrollo de una industria armamentística espacial, colonización e incluso la necesidad de abandonar la tierra ante un posible cambio climático catastrófico, todas estas opciones alimentan la posibilidad de inversión en este nuevo mercado, pero que bajo las actuales condiciones en las que la humanidad se relaciona bien pudiese implicar una explotación inescrupulosa, caótica y sin perspectivas.
Ejemplo de lo que podría suceder hay muchos, pues en la tierra contamos con varias zonas que se han utilizado para la extracción de recursos minerales y que han sido completamente devastadas y contaminadas. Lo mismo podría suceder si se intentase desarrollar una industria armamentista espacial, que intente beneficiarse de un territorio tan basto para la prueba de armas de todo tipo. Incluso un incipiente turismo lunar y espacial podrían generar algunos daños en este entorno hasta ahora no intervenido.
Entonces, ¿Qué hacer?
Si bien todos los posibles beneficios mencionados pudiesen contribuir al desarrollo de la humanidad, esto dependerá de qué enfoque se le otorgue o bajo qué directrices se realizan este tipo de avances. Pues (como bien hemos visto aquí en la tierra), el interés y beneficio privado no están necesariamente ligados al beneficio de la humanidad. Debe ser por tanto la sociedad en su conjunto, como sociedad planetaria, la que guíe y plantee las prioridades en esta nueva etapa de la humanidad, una sociedad que visualice las necesidades colectivas por sobre las necesidades individuales o regionales, necesidades ligadas hacia el avance, desarrollo y subsistencia de nosotros como humanidad.