Propiedad privada de la información: reflexiones sobre software libre y el conocimiento. [Parte 2]

Propiedad intelectual y saber libre

Según Tomás Ibáñez (2001), la invención del computador generó un cambio radical en el pensamiento y en los modos de producción económica, permitiendo gestionar de manera descentralizada los enormes conglomerados de producción y distribución, por lo que posibilitó el surgimiento de las multinacionales, las cuales ahora pueden llegar a cualquier parte del globo sin tener que estar ubicadas en el sitio donde se encuentra el mercado potencial. Pero además en esta época: “la fuerza de trabajo como factor de rentabilidad económica entra en competición con otros elementos como son el conocimiento y la información” (p.101). Lo que tiene como implicancia la profesionalización del trabajo, es decir aquellas profesiones intelectuales relacionados con la producción de conocimientos y tecnología se vuelven centrales para el desarrollo económico.

Me interesa mostrar la importancia del conocimiento y la informática en el mundo actual para hacer la siguiente reflexión: si la propiedad privada es un elemento fundamental para el sostenimiento del capitalismo, en la época actual se levanta la propiedad intelectual como un componente esencial para el desarrollo del capitalismo avanzado. Es por esto que aquí hago la relación con el software libre, la cultura libre y el hacktivismo.

Anteriormente, el marxismo tuvo que hacer explícito el componente social del trabajo; todas las mercancías son producto de la cooperación entre los trabajadores, sin embargo, el capitalista tiene la propiedad privada de los medios de producción por lo que solo les paga a los empleados por su fuerza de trabajo y se queda con las ganancias de las mercancías que producen. A pesar de que las mercancías son producidas por todos trabajadores en conjunto. De la misma forma estos movimientos que giran en torno al desarrollo de la informática han hecho explicito el componente social del conocimiento y la cultura en general, y han cuestionado el concepto de la propiedad intelectual.

El argumento es doble, tanto en el cómo se desarrolla la cultura y el conocimiento, como en las consecuencias negativas de su privatización y las ventajas que tendríamos si ésta fuese “libre” (usando la terminología de los movimientos ya expuestos). El primer argumento dice así: al igual que el trabajo y sus productos son de índole social, el conocimiento y la cultura también lo son. El conocimiento científico se desarrolla porque hay personas que enseñan a otras sobre cosas que saben, éstas dialogan, discuten y trabajan en conjunto para resolver problemas. El software se crea porque alguien a partir de sus conocimiento matemáticos e informáticos (heredados y desarrollados por otros anteriormente) desarrollo un lenguaje informático para crear una aplicación. Incluso la poesía que es producto de la vivencia personal del poeta se desarrollaron en el dialogo de éste con el mundo, los otros y sí mismo, a partir de su apropiación y transformación del lenguaje que es común a toda la comunidad. Ahora bien, de lo que se trata aquí no es negar la creatividad individual, pues es un elemento fundamental para el desarrollo de la cultura, si no de dar cuenta que los materiales son de índole social, que de hecho plantearlos y fomentarlos en estos términos genera más creatividad, de lo cual surge el segundo argumento. El concepto de propiedad privada de la cultura inhibe la creatividad, retrasa el conocimiento y su desarrollo, o peor aún, lo estanca. Sin embargo, si la cultura y el conocimiento se entienden como procesos y productos que les pertenecen a todos, se promueve su desarrollo y diversidad.

Software Libre-Linux

El mejor ejemplo es el software libre, en el caso de los sistemas operativos GNU/Linux, éstos son sostenidos por la comunidad, por lo que frente a cualquier problema siempre habrá alguien que lo reporte y otros que se encarguen arreglarlo, pues el código fuente está disponible para que todo aquel que lo desee pueda estudiarlo y modificarlo. Por lo que promueve la cooperación. Pero también hay ventajas económicas, si bien el software libre no tiene por qué ser necesariamente gratis (aunque muchas veces sí lo sea), el Estado puede ahorrarse una gran cantidad de dinero con su utilización. El software privativo cambia sus propias versiones por lo que deja obsoletas a las anteriores, lo que implica que las instituciones del Estado tienen que invertir dinero nuevamente en el software, pues si no lo hacen pueden ser víctimas de vulnerabilidades o fallos de sistema (Un ejemplo actual es que ya no hay parches de seguridad para Windows XP y sin embargo muchos hospitales hacen uso de dicho sistema operativo, por lo que están indefensos frente a cualquier ataque informático). Sin embargo, en el software libre el control lo ejercen los usuarios y la comunidad, por lo que las propias instituciones pueden preocuparse de actualizar y sostener su propio software.

Entonces, si el conocimiento, la cultura e información es un producto social y además se desarrolla de mejor manera dentro de este marco de cooperación ¿Cuál es el sentido de tener una propiedad intelectual?

A grandes personajes relacionados con el desarrollo de la cultura como Einstein, Newton o Gabriela Mistral no se les puede negar su aporte a la sociedad. Su creatividad fue inigualable y a pesar que se sostuvieron sobre otros para desarrollar sus talentos, el trabajo de articular y reinventar lo hechos por otros es algo digno de reconocer. Pero ¿eso valida la propiedad intelectual? Pues creo que no. Que la cultura sea de todos no es contradictorio con reconocer la labor de grandes mentes. Creo que más bien la propiedad intelectual surge de la profesionalización de ciertas áreas de la cultura (y que también tiene consecuencias negativas para su desarrollo pero que escapan de la reflexión de este articulo). Pero por sobre todo creo que la idea de propiedad intelectual surge para legitimar la dominación y controlar el conocimiento. Al respecto, Carlos Pérez (2014) nos menciona que en esta nueva época de tecnología e información, emerge la burocracia como nueva clase social, la cual hace uso del conocimiento como medio de legitimación de su propio poder. Es por esto que el ministro de hacienda es quien el encargado de planificar la economía del país, porque él sabe de economía y es el experto, mientras los ciudadanos no. Pero ¿qué pasaría si el conocimiento económico fuese de dominio público? El ministro de hacienda no sería el único autorizado para hablar y planificar la economía, serían los ciudadanos.

Quiero que quede claro que la idea que aquí trato de exponer no es de índole iluminista en el sentido de liberar el conocimiento para que la gente sea iluminada por éste. Sino que la idea de cultura libre y conocimiento libre permite que todas y todos los ciudadanos seamos parte de él. Volviendo al ejemplo del software libre, no solo se trata de acceder a la información, sino de modificarla, producirla y compartirla. Por lo que se trata de democratizar la cultura y el saber y que no sean dominio de unos pocos.

Es por todo lo anterior que considero que el software libre a generado una alternativa plausible, no solo para el desarrollo de software y herramientas informáticas, sino que para un nuevo modelo de cultura en donde la cooperación de todos y su democratización sea la base de su sostenimiento y desarrollo.

Conclusiones Finales

El software libre, la cultura libre y el hacktivismo nos han mostrado que la informática y la cultura no están abiertas a todo público, sino más bien son de índole privada. Al mismo tiempo que se han establecido como nuevas formas de control y dominación, coartando las libertades de los usuarios. A partir de aquí reflexionamos que la propiedad intelectual se presenta como un nuevo mecanismo de sostenimiento de poder en la sociedad actual. Vimos que la propiedad intelectual estanca el desarrollo cultural, del conocimiento y sus productos. Y que el software libre ha formulado una alternativa plausible que nos permite pensar en un desarrollo cultural sostenido por la comunidad.

Solo queda mencionar, para finalizar, que frente a nuevas tecnologías, nuevas formas de control pueden surgir, por lo cual solo queda estar atentos a ellas para crear nuevas herramientas de crítica y liberación. Por lo que considero que, en este último aspecto, los planteamientos del software libre nos son útiles para desarrollar estas herramientas. Pues han mostrado el potencial que tiene la cooperación y el involucramiento sin restricciones de las personas en el desarrollo software. Llevar estos aspectos al ámbito de la cultura, la planificación de la sociedad y la política nos permitiría una mayor capacidad de incidencia, acercándonos más a una democracia real, una donde todos somos participes en la toma de decisiones y el desarrollo de la comunidad.

Referencias Parte 2.

  • Ibáñez, Tomás. (2001). Municiones para disidentes: realidad, verdad, política. Barcelona: Gedisa Editorial.
  • Pérez, Carlos. (2014). Para una crítica del poder burocrático. (3rd ed.): Santiago Chile: Creative Commons.