29 de agosto día mundial contra las pruebas nucleares: Para que nunca más.

 “No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta Guerra Mundial usarán palos y piedras”

ALBERT EINSTEIN

El 29 de agosto de 2009 la ONU aprobó dicho día como el día mundial contra las pruebas nucleares. Esta fecha es significativa por varios motivos, uno de ellos es que se conmemora el lanzamiento de la RDS-1, la primera bomba nuclear detonada por la URSS.

Sin embargo, la fecha fue concedida a solicitud del gobierno de Kazajistán, una exrepública perteneciente a la URSS, donde se realizaron más de 450 pruebas nucleares entre 1949 y 1989, quienes clausuraron definitivamente el sitio de pruebas de Semipalátinsk un 29 de agosto de 1991.

La fotografía muestra el primer ensayo nuclear realizado por la URSS el 29 de agosto de 1949 en el sitio de pruebas de Semipalátinsk.
Foto: TPCEN                                                                   La fotografía muestra el primer ensayo nuclear realizado por la URSS el 29 de agosto de 1949 en el sitio de pruebas de Semipalátinsk.

Pero la URSS no es el único país que hizo pruebas nucleares en su propio territorio, su rival en la guerra fría EE. UU. concretó más de 1000 ensayos nucleares en su propio suelo entre 1945 y 1992.

El Nevada test site (Emplazamiento de pruebas de Nevada), ubicado a solo 100 kilómetros de la famosa ciudad de Las Vegas, recibió 925 pruebas tanto en superficie como subterráneas. Así también, lo sufrieron los estados de Alaska, Colorado, Misisipi y Nuevo México y el pacífico sur en las Islas Marshall.

Zona de ingreso al Sitio de Ingreso de Nevada
Foto: dreamlandresort                       Letrero que indica el inico del Nevada Test Site.

Francia hizo lo propio con 210 ensayos nucleares entre 1960 y 1996, siendo Argelia hasta su independencia, el principal campo de ensayos. Posteriormente las pruebas se comenzaron a realizar en la polinesia, particularmente, en los atolones de Fangataufa y Mururoa.

Reino Unido fustigó al mundo con otros 45 ensayos entre 1952 y 1991, todos realizados en Oceanía y el pacífico sur.

China hizo lo propio con otras 45 pruebas entre 1964 y 1996, en Lop Nur al norte del país.

El gráfico inferior muestra el número de detonaciones hasta el año 2016. Más de 2000 pruebas nucleares en los últimos 70 años.

Gráfico: Sputniknews

Las consecuencias

Los efectos de la radiación sobre la población colindante a los ensayos nucleares nunca fueron considerados por parte de los países que llevaron a cabo dichas pruebas. Los sectores donde se realizaron estas fueron escogidos por la supuesta condición “remota” que presentaban, sin embargo, aquello distaba mucho de la realidad.

La herencia soviética

El polígono de pruebas de Semipalástinsk, un lugar con la extensión de países como Bélgica o Haití fue el sitio escogido por la URSS para llevar a cabo sus pruebas. El argumento, el mismo indicado anteriormente, un lugar casi desierto. Lo cierto es que, en 1947 año en que se escogió el sitio, vivían cerca de 700.000 personas a su alrededor.

Las consecuencias fueron terribles; cientos de niños nacieron con malformaciones, miles de personas sufrieron de cáncer en los años siguientes o de alguna enfermedad derivada de los efectos de estar en contacto permanente con la radiación.

Los sitios de pruebas como el soviético tienen un carácter distinto al de un accidente nuclear, si rememoramos Chernóbil o Fukushima estos son eventos puntuales, pero no por ello menos graves, que intentaron ser contenidos a la brevedad. Los soviéticos expusieron a su propio pueblo por más de 40 años a las consecuencias de la radiación permanente, en su punto más álgido en Semipalástinsk se realizaban 10 ensayos atómicos por año.

Foto: BBC                                                                                                                   Karipbek Kuyukov, activista kazajo, nació sin brazos. Sus padres, pastores de la estepa y vecinos al sitio de pruebas de Semipalátinsk, le relataban el “hermoso espectáculo” que significaba ver los ensayos nucleares.

En el país de la libertad y la radiación

Las pruebas nucleares en EE. UU. detonaron una ola de cáncer producto de yodo radioactivo tras la realización de las pruebas atmosféricas, la “lluvia radioactiva” -el fenómeno donde las partículas caen desde la atmósfera hasta la superficie, se difuminan y son arrastradas por las corrientes de vientos- fue el principal causante de esto.

Gráfico: National Cancer Institute USA                                                    Gráfico que muestra la dosis per cápita de yoduro-131, más conocido como yodo radioactivo, resultado de todos los ensayos nucleares realizados en el emplazamiento de pruebas de Nevada, entre 1951 y 1962.

No solo en su propio territorio USA probó armas atómicas, también lo hizo en el pacífico las Islas Marshall fueron las escogidas como centro de pruebas. En este lugar se detonó Castle Bravo, la mayor bomba detonada por EE. UU, 1200 veces más potente que las bombas de Hiroshima y Nagasaki y el mayor desastre nuclear en la historia de ese país. Este evento le costó la vida a la tripulación completa de un barco pesquero japonés y dejó con serios problemas de salud a las tropas del ejército que se encontraban próximas a dicho lugar. La explosión creó un cráter de 2 Km de diámetro y 75 metros de profundidad.

Un breve vídeo de dicha explosión:

Francia experimentó con sus ciudadanos

Las pruebas llevadas a cabo por Francia involucraron directamente a seres humanos, soldados, en su mayoría reclutas, en la década de los 60’. Dichas pruebas estaban destinadas, según documentos desclasificados en 1998, a «estudiar los efectos fisiológicos y psicológicos producidos sobre el hombre por el arma atómica».

Lucien Parfait, recluta del ejército francés destinado a Argelia en aquella época, señalaba a un medio que: «Estaba a 10 kilómetros, en pantalones cortos, sin ninguna protección» en el momento de la primera prueba nuclear.

La misma fuente indica que, según cifras de la Asociación de Veteranos de las Pruebas Nucleares de Francia, que cuenta con 4.800 miembros, el 35% de sus integrantes padece cáncer y otro 55% sufre alguna enfermedad grave derivada o relacionada con la exposición directa a la radiación nuclear.

Imágen: Archivo Gobierno de Francia                           Soldados franceses cerca del lugar de detonación de un ensayo nuclear en Argelia en los años 60´

Revisa nuestro mapa interactivo con los lugares donde se llevaron a cabo pruebas y nucleares:

Las tibias señales

En 1963 se suscribió un acuerdo de prohibición parcial de ensayos nucleares, sin embargo, el resultado de este significó que las pruebas se dejaran de realizar a nivel terrestre y pasaran a ser subterráneas (a más de 2400 metros bajo la superficie) y submarinas (hasta los 600 metros de profundidad). Otro antecedente a la causa: el último ensayo nuclear atmosférico fue realizado 17 años después de suscribir este tratado.

Las señales de los organismos internacionales, como la ONU, que parecen estar más preocupados de la retórica diplomática que de soluciones efectivas y sanciones drásticas para quienes incumplan dicho mandato, incluyendo a las grandes potencias económicas de occidente, son totalmente insuficientes.

Prueba de lo anterior es que en el año 1996 se suscribió un tratado para poner fin definitivamente a los ensayos nucleares, sin embargo, al día de hoy este aún no entra en vigencia. ¿La razón?  De los 44 países que suscribieron dicho acuerdo, los cuales poseían en mayor o menor medida arsenales nucleares, 8 países aun no lo han ratificado: Israel, Egipto, India, Irán, China, Pakistán, Corea del Sur y EE. UU.

Un tratado sin efecto en un mundo beligerante es, sin duda, un peligro velado para las posibilidades de vivir en un mundo efectivamente seguro y libre de un desastre radioactivo.

Para que nunca más

Las pruebas nucleares no solo visibilizan la irresponsabilidad de los distintos estados del mundo en el uso de la energía nuclear, sino, también sitúa una discusión política fundamental: ¿Es necesaria la energía nuclear en el desarrollo de la humanidad?

No solo las pruebas nucleares, que son un peligro explícito para la humanidad, son parte de los riesgos asociados, los accidentes también lo son. Antecedentes tenemos de sobra, comenzando por Chernóbil o, más recientemente, Fukushima.

Infografía: La Gaceta

Las consecuencias para la población son mortales; los índices de cáncer se disparan, las malformaciones durante el embarazo se multiplican, los índices de esterilidad crecen exponencialmente. Aquello es solo parte de las consecuencias sobre los seres humanos, pero no olvidemos el impacto sobre la flora y fauna.

Las zonas donde se llevaron a cabo pruebas nucleares o sucedieron accidentes de las mismas características, son inviables para la vida humana, sin embargo, si prolifera la vida silvestre y aquello tiene impactos en el crecimiento de la población de distintas especies, que por su permanente exposición a la radioactividad, también pueden sufrir efectos nocivos en su salud.

Desde Future Magazine creemos que la voluntad política es fundamental para cambiar esta situación, dicho esto, es necesario establecer que aquella voluntad política debe estar puesta en el bienestar conjunto de la humanidad, entendiendo la humanidad no solo como el hombre, sino, como el sistema simbiótico que significa vivir en la tierra, con todas las especies animales y vegetales.

La tarea hoy, es decir para que nunca más. Para que nunca más se realicen ensayos nucleares en áreas habitadas, ni en nuestro planeta. Para que nunca más los estados del mundo pongan en peligro a sus habitantes. Para que nunca más las generaciones venideras tengan que pagar por la irresponsabilidad de nuestro presente. Para que nunca más la beligerancia sea el motor que nos moviliza como humanidad.

Pero para aquello, otro mundo debe ser posible.